Gimnasios en terapia intensiva, la otra pandemia

Gabriel Vieiro es dueño de IberoGym, un gimnasio de barrio ubicado en calle Ayacucho, el cual adquirió hace unos años pero que actualmente lleva cuatro meses cerrado, como todos los de Paraná, debido a la pandemia. El profesor de educación física tiene 51 años y trabaja en el ambiente desde los 16 cuando comenzó en el Alegría para un año más tarde tener a su cargo la sala de musculación del Atlético Echagüe Club. Además, cuenta con su especialidad de entrenador personalizado con sobrecarga y los títulos habilitantes de Actividad Física Adaptada (AFA) y Actividades Físicas Patológicas (AFP) para colaborar en la recuperación y rehabilitación de personas junto a la supervisión de un kinesiólogo.
Sin embargo, profesionalmente hablando, el paranaense, al igual que los demás dueños de gimnasios, está pasando por un complicado momento debido al cierre y sin tener perspectivas de apertura pronta.

Por Antonella Toso Gemelli

Gabriel Vieiro en IberoGym


“La situación es muy crítica, hace cuatro meses que todos los dueños de gimnasios no tenemos ingresos, cero ingresos. Realmente es muy duro, estamos sufriendo esta pandemia”, contó el entrevistado. Asimismo, explicó porqué es importante que los gimnasios puedan abrir pese al coronavirus: “Somos ante todo agentes de salud, la gente debería entrenar igual con los protocolos que hemos presentado porque demostramos que no somos responsables de la propagación del virus. Al contrario, la gente bien entrenada y bien psicológicamente es mucho más inmune a esta situación. Y aplicando los protocolos correspondientes de higiene y distanciamiento, no hubiéramos sido ni más ni menos que cualquier otro rubro pero las autoridades así no lo entendieron y así lo respetamos.”

Si bien, la cuarentena llevó a las personas a ejercitarse en sus hogares, esto no ha sido una situación favorable para Vieiro. Contrario a lo que podíamos pensar como un posibilidad de ingreso con clases virtuales, su local no las está brindando debido a que los alumnos, a quienes acompañan a través de sus redes, pueden encontrar una “gran variedad y clases de alto nivel en YouTube u otros medios”. Por lo tanto, tampoco IberoGym está generando ingresos de forma alguna y se necesitó de los ahorros para sobrellevar la delicada situación económica que atraviesa. Sin dejar de mencionar que el gimnasio actualmente es el principal ingreso para la vida del profesor; que luego de varios años como entrenador personalizado, “trabajando con seriedad y responsabilidad”, logró comprarse su primer gimnasio, el cual se transformó en el más grande de Paraná, XtremeGym. Aunque hace seis meses atrás decidió vender el 50% que aún mantenía del establecimiento ubicado en calle México y Tucumán. 

“En lo personal, tengo muchos años de trayectoria y se me está haciendo muy difícil, muy costoso. También tengo otros ingresos que me he podido generar a lo largo de mi vida y mal que mal voy apañando esta situación. Pero llevo cuatro meses sin ningún tipo de ingreso genuino, soportando con algunos anexos que tengo y con mis ahorros. La verdad, se me está complicando porque pasan los meses y no logramos establecer la vuelta al trabajo”. 

IberoGym cerrado por la pandemia


Al igual que todo comercio, deben afrontar gastos de impuestos, luz, alquiler y sueldos. Aunque particularmente, el gimnasio de calle Ayacucho, como otros, no cuenta con empleados si no con profesores que monotributan por sus horas de trabajo pero sin cumplir una jornada laboral. Distinta situación vive el XtremeGym donde se categoriza como empresa con empleados inscriptos. Esto marca una diferencia al momento de hablar sobre la colaboración que el Estado les ha brindado, no a los gimnasios como tal, si no al monotributista o a la empresa. Y allí es donde Vieiro y sus colegas se sienten abandonados y sin rumbo, sin saber cómo salir adelante ante esta situación.

“Estamos totalmente dejados de lado por el Estado y por este gobierno, esa es la dura realidad que estamos viviendo. No hemos recibido ningún tipo de ayuda, nos han dado un crédito a los que están siendo monotributistas bien categorizados pero esa plata hay que devolverla y no se lo dieron a todos, solo a los que realmente pudieron calificar y tienen sus cosas en condiciones para poder tomarlo”.

IberoGym antes del cierre

Por otra parte, Gabriel también se detuvo a opinar sobre la importancia del ejercicio para la salud física y mental de las personas en un contexto estresante y de incertidumbre. “Somos agentes de salud. Creo que toda persona que está acostumbrada a hacer su rutina diaria lo necesita para su parte mental y física, aparte se vuelve más inmune, lo cual está comprobado científicamente. Habría que dejarlo a criterio de cada uno porque es un virus para el que lamentablemente no hay vacuna ni otra manera de contrarrestarlo y tendrían que dejar que cada persona elija si quiere hacer o no su actividad. El que se crea o sienta que es de riesgo, debería resguardarse y el que no, podría realmente optar por hacerlo, más teniendo en cuenta que los protocolos son muy buenos y que los gimnasios son seguros.”

En este sentido, expresó su preocupación por el futuro del rubro y comentó características del protocolo que propusieron. “Opino que la apertura va a ser difícil, la gente va a tener miedo y va a concurrir en muy poca cantidad. Vamos a tener que estar muchos años, por lo menos uno o dos para poder salir a flote. Fuimos un rubro muy castigado y sin necesidad porque los protocolos son muy buenos, se puede mantener un distanciamiento y una higiene personal perfectamente regulada. El protocolo te hace firmar una declaración jurada de que entras sin síntomas y el gimnasio debe desinfectarse cada 50 minutos, o sea que no somos ni más ni menos riesgo que otras personas ni que otros negocios ni que otros rubros. Al contrario, somos agentes de salud y creo que a la gente le haría muy bien la parte de su entrenamiento personal”.



Por último, Gabriel Vieiro hizo un análisis de todo el contexto, pasando por la parte económica y por los alumnos. “Me va a llevar un año largo poder recomponer la situación, a mí y a todos; realmente nos han ocasionado muchas pérdidas. Los alumnos no pueden entrenar en forma casera como en un gimnasio. Primero, porque no tienen el asesoramiento profesional y segundo, porque no tienen los elementos que deben tener así que no es reemplazable en los hogares”. 

Pero sobre todo, manifestó su desazón por la inhabilitación de parte de las autoridades para la apertura de los gimnasios tras cuatro meses cerrados. “No hay ninguna explicación lógica para nuestros porque no es un virus que se contagia por la transpiración, o sea que estamos a la par de cualquier otra actividad y como se habrá visto, a Paraná realmente le llegó el virus y no fue ni por culpa de los bares, ni de los gimnasios ni de los restaurantes. Llegó porque tenía que llegar y fue a través de una cooperativa farmacéutica que teóricamente estaba perfectamente cuidada. Así que la verdad que no tienen ningún tipo de excusa, pensamos a esta altura que es algo personal. Han habilitado lo que han querido, salís a la calle y está todo normal, salvo dos o tres rubros y nosotros no hemos sido los responsables de que en este momento haya COVID en la ciudad. Tienen que dejar que la gente trabaje con protocolos y responsabilidad”, concluyó.


Gabriel y su esposa


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